La subjetividad del analista en la categorización y etiquetado de información

Todo proceso de análisis conlleva, lo queramos admitir o no, indefectiblemente, por nuestra propia naturaleza, un proceso de interpretación de la información. Para expresarlo de forma metafórica, este proceso puede verse incluso como un proceso de traducción de la información.

Así pues, imaginaros que me planteo como investigador/a, establecer un sistema de puntuación para medir el nivel de optimismo de la audiencia en un partido de Nadal.

Y así es que determino que le voy a asignar un punto cada vez que aparezca en un tweet un emoji asociado a la positividad, como por ejemplo, un corazón o una cara con corazones o un brazo musculoso hacia arriba, indicando fuerza o ánimo.

Esto es ya de por sí una forma de estructurar los datos y decidir sobre su resultado. Este esquema es subjetivo. También podría haber decidido que un emoji es un punto pero que si aparece más de un emoji positivo en el tweet entonces se rebaja su relevancia y por tanto, pasa a contar como medio punto cada uno.

En el futuro, este sistema de conteo se dará por su puesto, y ya solo se accederá a los puntos, de forma que mi programa pueda medir (lo que a bajo nivel es interpretar o traducir) en tiempo real el nivel de optimismo de la audiencia a tiempo real.